31 marzo 2010

Tres Potrillos


Hoy, después de casi matarme al subir, mejor dicho bajar, de la azotea para arreglar una cuestión meramente estética relacionada con la casa -debo confesar que de niño jamás pude trepar una barda con éxito, ni afinar la puntería con la resortera, menos aún lograr un desempeño "aceptable" en las cascaritas de Fútbol-, me dispuse a solicitar algunos presupuestos; el piso de la cochera, ventanas, y todo lo que a mi parecer necesita una remodelación. Prepare la cena, lo cual me llevo posteriormente a buscar algo que pudiera aliviar las molestias que me ocasiono tan exquisito logro. Terminado esto, he podido tomar un poco de tiempo para mi llegando a la conclusión de que no funciona.. Aha. Me perdí! No funciona que perdón?? No funciona eso de pensar las cosas en tu cama cuando por todos los medios intentas dormir y a pesar de los esfuerzos el ansiado sueño no aparece por ningún lado. No funciona simple y sencillamente porque aún teniendo la respuesta al enigma más grande de la humanidad, la solución al calentamiento global o la historia de tu vida, esas ideas no llegan a cristalizarse jamas. Todo queda ahí. Sobre la almohada. ¿La razón? Pasamos tan rápido de una idea a otra cual rancheros ejecutando el "Paso de la Muerte" que por la mañana no quedan rastros de tan magnifica idea. Es por eso que hoy, en lugar de escribir lo que habia pensado, llegué a esto.
























07 febrero 2010

Como el Presidente.. pero con Z!


Al carajo con esas sesiones de terapia semanales! Lo único que han logrado es que en lugar de pensar ocasionalmente en ti al pasar por una calle, escuchar una canción o leer de nuevo esa vieja carta, lo haga ahora cada jueves de 5 a 6 (ó 7 si la ocasión lo permite)!! Por Dios que autoflagelarse es ahora con horario! Creo que mi tragedia ha perdido esa chispa, ese encanto. El murmullo del Ron. Definitivamente esto ya no es lo mismo, mi depresión, mi hermosa, añeja y absurda depresión ha tenido un drástico y poco atractivo cambio. Al punto de haber perdido la espontaneidad que caracterizaba esa enferma y nociva forma de pasar mis ratos de ocio y la verdad es que no me gusta. Nada! Estar triste ahora no sabe igual, y eso me vuelve un poco nostálgico. Mis ojos se llenan de ilusión, de añoranza al recordar esa decadente y jodida época en la que uno podía sentirse triste a sus anchas. Ah, pero no! Tenían que arruinar ese intimo y hermoso sentimiento, y ahora? Que demonios se supone voy a hacer? Que hago Marthita??